Mejillas sonrosadas, finales de enero

En esos días de finales de enero, en los que la primavera golpea las persianas; el viento mueve las ramas desnudas, las nubes corren en el cielo vacío. Él vuela casi con sus mejillas rojas, cuesta abajo, con el viento de frente. ¿Hacia dónde? da igual, los pies ligeros no sienten los zapatos y la leve bufanda cubre la garganta sin rechistar.

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