La bruma
Un hombre solitario
espera que amanezca en un banco vacío.
La bruma de septiembre adolescente,
extiende por la noche
en la calle desierta,
un recuerdo del mar.
Poco a poco,
según se abran con luces
las ventanas
y los rayos del sol
decoloren las sombras
y el rumor cotidiano
esconda sin pudor
los ruidos de la noche,
moriremos un poco, sin querer.
Comentarios
Que buen verso para terminar el poema, me parece un acierto total.
Un saludo.