Palabras
Es triste la historia
de algunas palabras.
No, no digo ideas,
las ideas tienen
más alta cuna
y pretensiones.
Palabras tan gastadas
como libros de una
biblioteca,
que al igual que éstos,
aún le ponen cara
a un deseo,
o a una soledad.
La culpa fue
de tantos comerciantes
de ínsulas vacías,
que vendieron banderas
y canciones,
cuando bastaba seguir
el curso silencioso
del dolor,
para nombrarlo.
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