La cornisa

Desde la cornisa
miraste un segundo
hacia abajo
y no debías.

Que el suelo existe
y eres frágil
no hacía falta
recordarlo,
pero las leyes de la
supervivencia
alzan su empalizada
para retenerte,
mujer sin alas.

Basta un segundo
para volver atrás,
temblar y protegerse.

Comentarios

Rafael Arenas García ha dicho que…
De nuevo un sentimiento, un momento, captado con precisión y hondura. Se siente el vértigo al leerlo. Enhorabuena. Saludos.

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