Retorno
No fue el año pasado,
sino un día cualquiera,
de un mes y una estación
indiferente,
cuando empezó el corazón
a bombear su flujo de palabras.
El solsticio otra vez
va a curar las heridas
de este año,
sin hacer más preguntas,
con su lengua salada.
Esta vez he olvidado
firmar la instancia
para ser redimida:
no quiero ser el tren
que pasa cada día
delante de tu puerta,
ni tener una órbita
por la que retornar;
quiero el cielo de noche
entero para mí,
en un día cualquiera,
de un mes y una estación
indiferente.
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