Recuerdo
Quizás seas
ese amigo melancólico,
compañero de verano
un tiempo breve,
que los dos intentamos alargar,
hasta dejarlo tan fino,
como un hilo de oro,
inapropiado para mantener sujetos,
los brazos, el corazón
y un puñado de cartas.
Hasta hoy el recuerdo
ha aguantado
los retoques del tiempo,
y su llama azul,
testaruda y pequeña,
no quiere saber nada
del futuro.
Comentarios
Mi pluma, atenazada por la culpa, ha quedado liberada por un poema.
José Ignacio