El cauce seco

Se tumbó en el sofá,
entre pañuelos
para llorar su ausencia,
pero tenía el corazón
demasiado frío.

Sólo el dedo escrutador
del abandono le dolía,
como el viento que abrasa
un cauce seco.

Comentarios

Rafael Arenas García ha dicho que…
Busco pañuelos para poder llorar y cuando los encontró ya no recordaba por qué quería llorar.
Se guardó su llanto desesperado durante días, hasta formar un lago putefracto que flotaba entre el esternón y la médula espinal. Cuando quiso llorar ya no pudo. Se ahogó en su propia ciénaga.
Tremendo poema el tuyo, como casi todos los tuyos. Un placer leerte siempre.
Lydia Raquel Pistagnesi ha dicho que…
Bellisimo poema, escrito desde el dolor, llegando asi a la profundidad de los sentimientos y sintiendolos como nuestros
Te felicito

Lydia Raquel Pistagnesi_ Argentina

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