Mercenario

Nunca descansa aquel
que ha rozado a los ángeles.
El tiempo se demora
en el otoño,
y la luna se ofrece cada noche
al hombre melancólico.
Pero tú,
que arrancaste una gota de sangre
al costado de un ángel,
ya no puedes parar.

La locura entrará
disfrazada en tu sueño,
y verás por sus ojos,
tocarás por sus dedos,
hasta que de tu cuerpo de hombre
sólo quede la piel.

Comentarios

Rafael Arenas García ha dicho que…
Me ha sorprendido tu poema. Hace pocos días pensaba en que, curiosamente "merced" (La Virgen de la Merced) y "mercenario" tienen la misma raíz. Me imagino que mercenario vendrá de el que lucha por una merced; esto es, por una recompensa o regalo (no lo he comprobado). Y cuando visito tu blog me encuentro con un poema que se titula, precisamente, "Mercenario"; aunque quizá tu lo utilizas en otro sentido, como calificativo de alguien que no descansa, que lucha sin parar.
Es atractiva la imagen que presentas, la de aquél que ha arrancado una gota de sangre de ángel y ya no puede parar. Y sigue hasta el agotamiento y la desaparición. Es atractiva; pero inevitablemente pienso en tantos que han sido arrebatados por un momento al cielo y, sin embargo, piensan que tan solo fue un sueño, fingen olvidarlo y continúan con sus vidas monótonas.
Lo pienso, pero cuando llego ahí vuelvo a leer tu poema anterior, original, y me quedo en la duda.
Siempre un placer leerte.
Susana Corullón ha dicho que…
Quizás el gran problema sea hacer compatible la vida monótona, con ese rayo de luz que todos hemos visto alguna vez. Esa es la contradicción inevitable en la que nos movemos. Para salvarla puedes elegir elevar la vida cotidiana a la categoría de acontecimiento, pero a veces es forzar las cosas demasiado, y los cimientos se resienten.

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