Tardes de enero

Hay tardes de enero
raras,
que tienen cuerpo
y te llevan con ellas,
son las mismas
que antes
creía que eran nuestras.

Después vinieron más:
las guardé
en el cajón
de las tardes de enero,
iguales casi siempre
y ya no mías;
las dejaba morir
por la ventana.

Comentarios

Tiburcio Samsa ha dicho que…
Y hay tardes de lluvia tropical en las que llegas a casa calado hasta los huesos y no importa, porque es sabado y hoy toca reirse.

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