Mujeres
Eran Teresa,
Alicia, Sol,
yo nunca les dejé
mi cuerpo en prenda,
ni abrí mi corazón
para su anzuelo.
Sus rostros me visitan
saludables,
después de un tratamiento
prolongado
en lejanos sanatorios
de montaña.
Alicia, Sol,
yo nunca les dejé
mi cuerpo en prenda,
ni abrí mi corazón
para su anzuelo.
Sus rostros me visitan
saludables,
después de un tratamiento
prolongado
en lejanos sanatorios
de montaña.
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