Banalidad
Jugarse el amor
a los dados,
es mezquino.
No queda en un insulto
guardado el tiempo roto,
la sangre detenida,
las noches tan redondas
como pozos.
Un zarpazo más
en la mejilla rosa,
y la vida indiferente
continúa
a los dados,
es mezquino.
No queda en un insulto
guardado el tiempo roto,
la sangre detenida,
las noches tan redondas
como pozos.
Un zarpazo más
en la mejilla rosa,
y la vida indiferente
continúa
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