Contingencia

Respiro
y la mitad del pecho
es amor a la luz
a los brotes
al musgo de los troncos.
La otra mitad,
la estás llenando tú.
Podría jugar
a taparme un ojo
para no verte más,
por si el tren peligroso
se lo llevara todo.
Mañana, quizás,
hoy no.

 Nadie habla de amor
es como hablar de Dios,
nos da vergüenza.
Dos cosechas al año
da el árbol del amor
¿Quién va a dejarse el alma
 en uno de sus frutos?

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