Seto
Los cabellos
en dos,
partidos como un seto
de aligustre.
Así debiera ser el corazón,
no de frágil cristal
sino de hojas,
que picotean esquivas
las urracas
en dos,
partidos como un seto
de aligustre.
Así debiera ser el corazón,
no de frágil cristal
sino de hojas,
que picotean esquivas
las urracas
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