Acróbata
Hay barrancos tapizados
de malas notas
y luces amarillas.
Atravesarlos es igual,
que andar por el bordillo
de la acera:
el sol detrás,
los brazos extendidos,
la espalda como un junco,
y mirar sin mirar
un punto al horizonte,
indefinido.
Siento el cuerpo que es mío,
placer en equilibrio.
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Un beso.
S.