La noticia

Una ola la trajo
con mi nombre puesto.
Me la dejó
y se fue,
con sonrisa educada
las dos nos despedimos.

Como cabeza recién cortada
que aún sonríe
recogía los platos de la mesa,
sin creer que un segundo
puede tener perfil de guillotina.

El mantel, la ventana,
desmienten invertidos,
que se pare el reloj
los días laborables.

Comentarios

Rafael Arenas García ha dicho que…
Soy poco dado a la admiración, sin embargo ante este poema tuyo me quito el sombrero, y casi te diría que la cabeza. Qué gran don haber encontrado tu voz, qué coherencia. Me encanta.

Entradas populares