Limpieza de verano
Una tarde caliente,
con hervores de principio
de verano,
vaciaste el armario
de los medios deseos,
aquellos que perdieron
su aguijón
en el combate con las cosas.
Como caparazones secos
robaban el espacio
en tu memoria.
Intentaste borrarlos,
destruirlos,
pero los muertos no pueden
volver a morir.
Comentarios
media estocada,
pequeños alfileres diminutos.
Nada pueden en la tormenta
que ruge más allá de la ventana.
Mira las nubes formarse,
oye el trueno y el viento,
más allá de tu ventana.
Baja y que el agua moje
la cabeza descubierta,
bebe las gotas de lo alto.
No pienses.
No existen los medios deseos.
Como siempre, un placer leerte (incluso en tus comentarios, que nunca son menores).